El 70% de las pymes muere antes de cumplir los cuatro años de vida. Lo asegura un informe de la OCDE que sitúa además a España a la cabeza del ranking de mortalidad empresarial, con permiso de Hungría.
¿Y qué lo desencadena? Fundamentalmente las malas decisiones, ya sean las ligadas al modelo de negocio, al liderazgo o a errores en la gestión.
Modelo de negocio
La historia empresarial está llena de casos. Verdaderos gigantes que acabaron devorados por otros o simplemente condenados a la irrelevancia porque su modelo de negocio ya no era viable. Que se lo digan a Blockbuster (para los de la generación Zeta fue una franquicia estadounidense de videoclubes, especializada en alquiler de películas de cine). Fundada en 1985 por David Cook, llegó a controlar el 25% del mercado de videoclubes con más de 9.000 establecimientos en todo el mundo. Pero llegaron las nuevas formas de consumo y los nuevos modelos de negocio: alquiler por correo de Netflix, guerras de precios en DVD, descargas primero ilegales y luego legales a bajo precio…. En 2010 declaró su bancarrota.
Liderazgo
No cabe duda que la figura del fundador es clave. Las buenas ideas, la originalidad o la creatividad son en muchos casos el despegue de grandes y rentables negocios. Pero no son garantía de éxito eterno. Incluso muchas veces su historia termina (o al menos empieza el declive) cuando acaba la vida de su creador.
Enric Bernat, nieto del primer confitero en España en crear los caramelos, ideó la mejor manera para que los niños no se manchasen al comer esos dulces: la idea fue sencilla, colocarles un palo. Y así nació casi en la década de los 60 Chupa Chups, una compañía plagada de éxitos, con expansión internacional y con facturaciones millonarias, hasta prácticamente el fallecimiento de su fundador. La puntilla fue una deuda de 13 millones de euros con Hacienda, pero lo cierto es que la crisis interna era palpable como también lo fue la falta de nuevos proyectos o la gestión desarraigada de las nuevas generaciones de la familia Bernat.
Gestión
Una empresa mal gestionada tiene sus días marcados en el calendario, aunque haya bebido las mejores mieles del éxito empresarial, no haya fracasado su modelo de negocio o siga con el liderazgo en firme de su creador y alma máter. Y si no, escriban en Google “Estrellas Michelín arruinadas, cierra el restaurante con estrella Michelín…” Entretenimiento asegurado con tanta mención y nombre.
Gestionar una compañía es saber manejar un presupuesto real de ingresos y gastos, es realizar una óptima gestión de tesorería a corto, medio y largo plazo, es formalizar un plan estratégico, es gestionar una financiación equilibrada, es organizar la empresa de forma eficiente o aplicar todo el conocimiento en generar negocio. Y, aunque sea la parte menos romántica y agradecida de todas es, sencillamente, imprescindible.
Necesitamos que en España haya muchas Pymes, fuertes, duraderas y con una propuesta de valor que aguante los envites del mercado. Unas empresas que sepan tomar decisiones desde el liderazgo pero también desde el conocimiento en la gestión. Tenemos la generación mejor preparada para ello. No dejemos que nuestras empresas dependan de la genialidad efímera de unos pocos y construyamos historias empresariales de éxito desde la formación cualificada, la experiencia y el rigor en la gestión. Así estaremos apostando por el largo plazo en nuestras Pymes que es la única solución a la creación de empleo.
Artículo publicado originalmente en Revista Capital
Foto: The Verge