Leer el periódico junto al café de la mañana. Encender la radio de camino al trabajo. Meterme en la versión digital de los diarios a media mañana. Poner el parte en la comida. Y ver a Ana Blanco cada noche durante años resumir las noticias del día. Lo reconozco, soy animal en peligro de extinción. Es lo que dicen los últimos estudios sobre el hábito de consumo de información de los españoles.
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