Según el ultimo estudio de Google, la descarga de aplicaciones móviles ha caído un 20% este último año. Un descenso que está siendo sustituido por el uso de chatbots en los sistemas de mensajería instantánea de nuestros smartphones: WhatsApp, Facebook Messenger… Porque los chatbots son ante todo, conversación. ¿Y dónde conversamos ahora? Pues en este tipo de aplicaciones a las que dedicamos hasta un 85% de nuestro tiempo, según Forrester.
Un chatbot es un chat automático, un software que permite mantener una conversación como si de una persona real se tratase. Hoy en día los ChatBots no sólo entienden el lenguaje escrito, sino también el hablado con entonación, ritmo y hasta acentos. Esto hace que las marcas no sólo vean en ellos a sus futuros ‘call centers’, es que pueden encontrar a su aliado perfecto para conocer a su cliente, satisfacer sus necesidades, interactuar y establecer largas y duraderas relaciones en el tiempo.
Pongamos ejemplos. Linkedin los está incorporando para ayudar a sus usuarios a buscar su próximo trabajo. ¿Cómo? Respondiendo a sus preguntas a través de respuestas que no sólo resolverán sus dudas, sino que les acercarán a las empresas que más se ajustan a sus perfiles ofreciéndoles las ofertas más acordes a sus gustos.
Caixabank ha lanzado hace apenas unos días su primer chatbot para ImaginBank y el primero del sector financiero. A través de Facebook Messenger, el cliente puede enviar un mensaje escrito o de voz al asistente para conocer las ofertas del banco en diferentes ámbitos. El robot te va guiando con la selección que más se ajusta a tu perfil o sugiriéndote otras opciones interesantes de contenidos en Facebook en función de tu comportamiento.
No todo es banca, en la salud también están implantándolos. Desde el Servicio Andaluz de Salud se ha probado a María, una asistente que puede dar cita a los usuarios, responder a sus inquietudes o preguntas sobre alimentación, cuidados del bebé o dudas sobre dietas. Las grandes compañías de Sillycon Valley ya huelen el negocio.
Artículo publicado originalmente en The Luxonomist